Se
me ocurre, después de leer este libro, que sólo dentro de nosotros está el
mundo; la vida humana es un fracaso, abierto quizás a una otredad trascendente
a la que únicamente podremos llegar si nos miramos y nos escuchamos a nosotros
mismos.
Éste
puede ser el tema, algo existencialista, que actúa como hilo conductor de los
once cuentos que componen Te espero dentro. Los personajes han
tocado fondo por diversas razones y, en su mayoría, emergen de la nada para
dirigirse a ella de forma que el punto de partida y el de llegada configuran un
círculo perfecto, una unidad que percibo, tras la lectura, demoledora.
En
la reseña de la contraportada se destaca el humor que aparece en los cuentos;
no lo he encontrado, ni una sola vez he sonreído, y suelo hacerlo con facilidad
en la lectura. Puede que sea yo, que esté pasando por un momento de “frágil intensidad”. Puede que sea uno
de esos momentos muelle que no llevan a ningún sitio. Incluso creo que yo misma
podría ser la protagonista del cuento número 12 de esta serie. Puede que lo
escriba… aunque mi estilo nunca será tan impecable y limpio como el de
Zarraluki. La lectura ágil ha influido, por supuesto, en las sensaciones que me
han ido asaltando pues he sufrido con todos ellos como si formara parte de la
historia.
Si
el tema general es el fracaso del ser humano, se va particularizando en cada
cuento.
Con los ojos cerrados destaca que una niña enseña a su padre a
hacerse el dormido para escapar de las situaciones sin salida, sin embargo creo
que permanece latente la insatisfacción con uno mismo y la falta de coraje para
encarar aquello que no funciona, de ahí que se vea normal el antitético
establecimiento de una familia en la que padres y padrastros, en armonía,
caminan al son de los hijos.
En espera del
milagro representa la postura cobarde del ser humano cuando la
opresión es demasiado fuerte, por eso Sonia, que supone un milagro para los que
atraviesan situaciones límite, vive en una vorágine interior que no la deja
escucharse tranquilamente para poder actuar en consecuencia. Miente para que
otros tomen decisiones por ella sin darse cuenta de que se miente a sí misma
para no tener que soportarse.
La historia en un
rincón es triste;
de una tristeza absoluta. No podemos escapar del destino; es un círculo en el
que todo vuelve, el eterno retorno noventayochista que oprime al recordarnos
quiénes somos y de dónde venimos… Y si esto no lo podemos olvidar ¿dónde
podremos ir?
Yo sé que están
buscando a un loco
está ambientado en un pueblo, pero igualmente el espacio pudiera haber sido
otro porque lo importante es tomar conciencia de la monotonía; todos los días
pasan sin sorpresas. Siempre es lo mismo. Todo se repite, por eso dos gemelos,
diferentes en el carácter, en el sexo y en el físico, llegan a comportarse de
la misma manera, quedando atrapados no sólo en un pueblo tedioso, sino en una
familia oscura y en lo que, probablemente, más odiarán de ellos mismos.
Teoría del
saltamontes me ha
impactado porque enciende en nosotros la imperiosa necesidad de pensar, de
opinar, de ilusionarnos, de vivir. En una factoría ballenera cerrada, Marcelina
queda casi abandonada a su suerte. Su vida consiste en ver pasar los días sin
otro entretenimiento que el paisaje circundante. Un extrabajador va a verla al
cabo de un año y le lleva algo para aliviar su soledad, una televisión; aparato
al que se enfrentará por primera vez en su vida.
La niña vuelve retrata el más típico machismo en la
relación que mantienen Claudia y Jaime; se intuyen malos tratos, de palabra,
obra y omisión. Desgraciadamente aún hay mujeres dispuestas no sólo a mantener
(en el sentido más peyorativo) a sus parejas sino también a tolerarles
desplantes, órdenes y humillaciones, y, afortunadamente, estas situaciones
empiezan a cambiar.
Suite para una sola voz. Es el azar que, una vez más, se ceba
en dos mujeres; ambas anhelan que una misma situación acabe pronto, Antonia,
para no pensar en la vida desgraciada que le ha tocado en suerte, Rosita para
retomar los buenos momentos. El destino le ha traído un tiempo muerto en un
momento en el que estaba preparada para jugar un buen partido… En una de las
dos hay un resquicio de esperanza.
Razones para
marcharse. De
nuevo los malos tratos encubiertos, la degradación, la falta de respeto a uno
mismo, el llenar una vida vacía con agujeros causantes de que la caída sea
constante. Si no podemos poner parches a un agujero, no debemos tomar la vida como
un juego en el que se permiten trampas una y otra vez. Nos quedamos solos.
No lo hagas. Este cuento representa la ironía del
ser humano. Miguel se preocupa por dejar de fumar, tiene que hacerlo. También
tiene que perder peso. Estas dos circunstancias, que debe abandonar, son las
causantes de su deterioro físico… Miguel tiene otras dos circunstancias
causantes de su deterioro psíquico: su familia y él mismo. No ha sabido
mantener a la primera porque no se ha valorado; es débil, pusilánime, cobarde,
por eso intenta comprar lo que no puede obtener, el respeto de su hija y el de
una adolescente que podría ser su hija.
Ahora mismo estamos
siempre vivos. La monotonía de Clara, viuda que no sabe
qué hacer con su vida, la lleva a imaginar otras vidas leyendo de forma
compulsiva. La monotonía de Andrés, librero resentido, hace que estalle en el
momento menos oportuno. Esta explosión, fuera de lugar, le traerá nefastas
consecuencias y afectará a Clara en otro estallido de rebelión contra ella
misma.
Te espero dentro. Después de aguantar una vida
familiar en la que rondaba el temor a la violencia, el miedo al castigo, la
opresión de la soledad, dos hermanos deciden liberarse. Hasta aquí bien, pero
mi lectura sigue siendo fatídica porque entiendo que se ven obligados a
liberarse.
Tras
el análisis de los cuentos llego a una conclusión. Es verdad que el hilo
conductor es el fracaso de la vida del ser humano; es cierto que todos los
personajes tocan fondo en un momento de sus vidas, pero también lo es que las
mujeres se presentan más débiles, más propensas a hundirse, hechas con trazos
tan sutiles que, a la menor ocasión, se pueden borrar. Marcela ha aprendido a
cerrar los ojos. Sonia se escuda en la mentira. La niña superviviente de
Nagasaki no ha podido olvidar su pasado a pesar del éxito. Es cierto que Pablo
correrá la misma suerte que Elena (¿porque son gemelos?) Marcela es la única de
la factoría ballenera incapaz de salir de la nada. Claudia es víctima de malos
tratos. Antonia es víctima de su marido y Rosita del destino. Marta no se
respeta como mujer, no lo hace como persona. Natasha es víctima de todos y a
nadie le importa. Clara no es nadie sin su marido. Y Ana no supo liberarse de
la tortura de su vida.
Llamada
de atención, pues, a todas las mujeres en particular. Debemos leer, debemos
escucharnos a nosotras mismas y poner solución en cuanto se encienda la luz de
alarma. Siempre hay otra salida que nos hará sentir mejor.
Una selección de cuentos muy interesante. Realmente se echan de menos historias de este tipo, cortas y preocupadas por la figura del perdedor. Aunque en muchos casos la perdedora tenga esta posición por culpa de las trampas que le ha impuesto una sociedad machista.
ResponderEliminarMuy buena recomendación. Lo leeremos.
Alberto
Pues, ¡Gracias por seguir leyendo!
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