sábado, 9 de abril de 2022

SOL DE MAYO

En la cuarta historia de Rocco Schiavone, la trama está unida a la de Una primavera de perros. De hecho, en Sol de mayo han pasado solo dos semanas desde la liberación de Chiara Berguet. Dos semanas desde que Loba está con Rocco y parece que se conocen de toda la vida, «Estoy aquí porque me he quedado sin casa. Pero en cuanto encuentre una, me largo. Sobre todo por ella —Señaló a Loba— Esto se le queda pequeño». Dos semanas desde que Adele fue acribillada a balazos; por eso en esta entrega, el subjefe de policía está viviendo en una pensión, desconectado totalmente de lo que ocurre en la comisaría hasta que Marina le ayuda, como siempre, a tomar una decisión «—¡Haz algo ya, por Dios! —estalla, y desaparece tras la puerta».

Probablemente el causante del atentado de Adele ha salido de la cárcel en los últimos meses. Así pues, Rocco se multiplica esta vez para que Antonio Manzini convierta esta entrega en una trama rizomática que le da al subjefe la oportunidad de evadirse de su desgracia; es lo que tiene el trabajo intensivo.

Uno de los secuestradores de Chiara, Corrado Pizzuti, trabaja en un bar de Francavilla al Mare; a pesar de llevar una vida decente, es aniquilado. En la cárcel de Varallo, aprovechando una reyerta, el que fuera mano derecha de Berguet para luego venderlo y dejarlo casi en la ruina, Mimmo Cuntrera, también es asesinado de forma misteriosa con un veneno difícil de conseguir «Abrió la caja: dentro había tres ampollas de cristal. Con la misma etiqueta: “etilcarbamato”. Etiluretano».

Mientras tanto, Berguet, sin adjudicaciones para sus negocios, sospecha de Turrini, el nuevo empresario al que le han concedido todos los privilegios. En esta ocasión Rocco contará, en Aosta, con la ayuda inestimable de los hijos de los capitalistas, Chiara y Max «—Vamos a hacer una cosa, Chiara. Yo me llevo esto al juzgado. No digo nada ni de ti ni de Max y tú a cambio haces algo por mí […] —Vivir».

En Roma, el agente De Silvestri, fiel a Rocco, continúa buscando a recién salidos de la cárcel, también sus amigos Brizio, Furio y Seba se mantienen alertas para encontrar al asesino de Adele «—Seba… está convencido de que como encuentres tú al asesino acaba delante del juez. Y a él, en cambio, le gustaría tener antes una pequeña charla...».

Las diferentes investigaciones llegan a un punto muerto en el que Schiavone decide introducirse en la cárcel para descubrir al asesino de Cuntrera; de esta forma el lector que se enfrenta por primera vez a las entregas del subjefe Rocco Schiavone, no tiene dificultad para entender los sucesos anteriores y enlazarlos al de Sol de Mayo


—…Y ahora le ruego la máxima discreción

—¡Qué coño se cree Schiavone! —gritó Costa— ¡Que soy el jefe superior, no la portera!

—Perdone, tiene razón […]

—…Pero es posible que esté relacionado también con la historia de los Berguet y la licitación

Y a estos casos de asesinato y corrupción se le añaden a Rocco el tener que ayudar a Chiara a vencer el trauma que le ocasionó el encierro donde casi muere, ayudar a Italo Pierron en su relación imposible con Caterina, ayudarse a sí mismo diciendo adiós ¿definitivo? a Marina y buscar una nueva casa en Aosta para dejar la pensión.

Rocco Schiavone es rotundamente un héroe humanizado por su mal humor, sus deslices en las relaciones interpersonales, su visión algo retorcida de la situación en la que se encuentra y el sarcasmo con el que afronta la vida. Todo esto será una ventaja para dar con la verdad y poder solucionar los casos. Es cierto que, el principal objetivo no está conseguido, tendremos que continuar la serie; pero también lo es que, al buscar el origen de la culpa, encuentra las causas de sus propios rencores. De ahí la seducción-rechazo hacia Anna, el freno que se impone ante la atracción que siente por Caterina y la resolución, aunque forzosa, de dejar marchar a Marina.

Entendemos a este héroe humano y somos capaces de asumir la realidad en la que vive porque también en la nuestra oscilan lo sórdido del ambiente y lo escabroso de situaciones en las que se desata el mal sin control, de pronto, en una sociedad que afecta tanto a los más necesitados como a los poderosos, aunque por desgracia estos consigan salir mejor parados, a pesar de que lo más mezquino se prepare en las altas esferas.

Antonio Manzini escribe una novela de tendencia thriller en la que combina el negro con la corrupción. Los personajes depravados, sacados de una realidad que no hace falta imaginar, se mueven en una trama de suspense en la que lo de menos son los homicidios, porque lo más negro es lo que ocurre alrededor.

Sol de mayo puede leerse de forma autónoma, independiente, pero no es una lectura cerrada si tenemos en cuenta que tanto la sociología como la psicología tienen diferentes perspectivas. Por eso los lectores descubrimos, a través de la ironía, el humor (mal humor) y el sarcasmo del subjefe, las diferentes transformaciones que pueden aparecer en la estructura mental del hombre. Y gracias a la estancia de Rocco en la cárcel somos conscientes de que la base de una sociedad puede tambalearse hasta transformarse en otra estructura socioeconómica que es políticamente incorrecta.

La moral de Schiavone es ambigua, el subjefe se mueve bien en el submundo que pertenece a otros aunque él mantenga su vida y costumbres inamovibles. Esto puede deberse a su principal característica: la tenacidad, tanto si se mueve por amor, venganza, odio o dinero: «a las relaciones hay que darles tiempo para madurar, ¿no lo sabes?».

Pues creo que también los lectores debemos ser tenaces como Rocco y continuar leyendo las siguientes entregas. La intriga está asegurada, el humor también, así que mejor seguir sus pasos, «El subjefe estaba siguiendo una tertulia política en televisión. Sin volumen. Los participantes parecían peces en un acuario». 

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