viernes, 24 de mayo de 2019

EL ANTECRISTO



La temática religiosa ocupó un lugar relevante en el teatro del Siglo de Oro, probablemente para catequizar al público y demostrar la esencia de una educación predominantemente católica.

El Antecristo de Lope de Vega ha estado rodeado de esa “maldición” que aporta el título. No sólo ha sido una de las comedias menos conocida del autor sino que está inmersa en la polémica de plagio con respecto a la obra homónima de Juan Ruiz de Alarcón. No he investigado a fondo el tema, pero la de Lope es de 1615 y el autor mexicano la estrenó en 1623. Además, Alarcón apenas realizó teatro religioso, no así Lope de Vega. En El Anticristo de Ruiz de Alarcón aparece el Anticristo como Mesías y le encarga al anciano Elías que predique la llegada. La figura del gracioso reside en el pastor Balán. Simbólicamente, Sofía es quien encarna la Sabiduría y desenmascara al Mesías impostor con la ayuda del verdadero profeta Elías. Al final, el falso Elías asesina a Sofía y a Balán y el Anticristo es arrojado al infierno.

Por otro lado, en el siglo XVII era habitual que los autores teatrales escribieran sus obras durante la representación de otros autores para inspirarse en futuras comedias con las que ampliar su repertorio y, por lo tanto, sus ingresos económicos. Así que deberíamos saber con exactitud la fecha de representación de la comedia de Lope, y aun así no sería relevante para hablar de copia. Casi todas las comedias tienen un trasfondo parecido; la idea de plagio no se entendía como hoy. ¿O no nos recuerdan estos primeros versos de El Antecristo al monólogo de Segismundo?

¿En qué interno lugar, en qué caverna
del centro obscuro he vivido yo oculto,
que ignoro el ser que me acompaña y rige?
¡Cielos! ¿Quién soy?...

Y sin embargo tampoco hay estafa, al menos por parte de Lope pues La vida es sueño es de 1635. En realidad son topoi de la época. No creo que debamos buscar mayores incidencias.

Sí es cierto que hay coincidencias pues ambos Anticristos se presentan como monstruos, ambos encarnan el mal y en ambas obras hay un despliegue hiperbólico de recursos tramoyísticos: apariciones, desapariciones, imágenes en espejo, subidas al cielo, bajadas a las profundidades, elevaciones de los personajes y descenso al infierno de los dos anticristos, previo golpe que un ángel les da con una espada de fuego.

Es la derrota del demonio; pero en esta obra creo que lo que predomina y a lo que se le da más valor es a la puesta en escena, espectacular si tenemos en cuenta los medios que había en la época (incluso para hoy sería difícil llevarlo a cabo de forma física) «Parece en tramoya la LUNA en un caballo, y desciende de lo alto a lo bajo».

Los versos siguen la estructura dictada por el propio Lope en El arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, publicado en 1609. Así El Antecristo comienza con unos endecasílabos sueltos mediante los que Titán refuerza el dolor que siente al no saber en realidad quién es ni de dónde viene. La gravedad del asunto requiere el arte mayor, por eso se dirige, angustiado, al cielo con un ritmo cambiante, según su incredulidad al reconocer sus cualidades o su dolor por no saber con exactitud su cuna.

Los versos, unos en esticomitia, otros encabalgados, ayudan a este cambio de ritmo y emociones. Si es capaz de saber «las causas más ocultas», de «parar los aires», de conseguir que el sol «se suspenda en su carrera», es lógico pensar «… que yo soy el mismo Dios,…».

Después de esta situación problemática, aparece la Luna para recordarle que es hijo del pecado, del incesto que ella misma cometió. De ahí que aparezca el romance para cantarle, con multitud de antítesis, cómo surgió, qué ocurrió y qué le va a pasar. Las contradicciones en este ser fantástico «hombre y Dios, en ti se han visto» quedan resaltadas con los paralelismos «ser de hombre y ser de demonio». Como Dios va a gozar de todo el poder. Como hombre tiene un final asegurado «te concede Dios de vida / solo tres años y medio».

En fin, que no hay crueldad mayor que con la que se trata a este ser que, desde una perspectiva actual, no era tan horrible, concedía todo lo que le pedían los hombres a cambio de adorarlo y afirmar que era Dios. ¿No es lo que pretende cualquier religión y encima no regala nada, al menos material? Esto es una valoración mía, pues desde este punto de vista encontramos hoy cierto sarcasmo hacia la Iglesia.

La parte cómica de esta alegoría, en la que la Luna o la Música, o el propio Titán son personajes, viene de la mano del labrador Baulín, quien se permite algún que otro chiste, a costa de su bobería

Pues decid, ¿cómo se llama
María, que es mi mujer?
Si lo acertáis quiero ver
y el crédito de su fama

Las oposiciones y los juegos de palabras favorecen el humor «Sí: pero no quiero yo / que de ese nombre se nombre».

Los cambios de estrofa marcan la seriedad de los personajes, de ahí que el diálogo amoroso entre Luna y el Príncipe de Babilonia esté en liras, propicias, con su cadencia, para resaltar el erotismo

Suspende ahora tu voltario curso
porque goce a mi Luna

Y así entre seriedad y humor, tragedia y comedia, amor puro y sexualidad transcurren los días finales de estos tres años que fueron ofrecidos simbólicamente por Dios al Antecristo para que fracasara; porque no hay otro dios que alabar, ya se encarga él o sus ángeles de derrotar a quien lo intente, a pesar de haber sido capaz de realizar todo lo que hace el propio dios, desde resucitar, hasta convertirse a la religión: «acertada»

De circuncidarme vengo
de la gran Jerusalén;
tengo apóstoles también,

Incluso Titán nos hace ver las contradicciones del propio Dios y cómo piensa arreglarlo:

Amó Cristo la pobreza:
opuesto a Dios es el pobre;
riqueza os daré que os sobre,
yo soy la misma riqueza

El Anticristo Titán es más pasional, mientras que Dios es más espiritual, de ahí los juegos de palabras con “amor”

TITÁN.-
              Que pasiones de Dios son
              amar, y ama Dios, en fin;
              abrasado amor es Dios,
              y amo así a la infanta Luna

Ante tal sentimiento Baulín le aconseja que se deje de melindres

enviad dos ganapanes
de los ángeles del cielo,
y subid a la Luna arriba
y así la podéis gozar

Como Titán cree que aún no es el momento, Baulín le responde con algo que, provocaría risa, pero daría que pensar

A fe que sois dios al uso,
que entráis por hipocresía

Pero los cristianos más recalcitrantes, Elías y Enoc, aparecerán para demostrar, a través de su propio martirio, que Titán no es dios verdadero. Así pues, ellos son sacrificados y resucitan un momento al tercer día para regresar felices al cielo

(Veránse muertos a Elías y Enoc)
[…]
(Levántanse)
[…]
ENOC.- Titán es falso Antecristo
              Cristo es el Dios verdadero

(La tramoya sube a los dos arriba…)

Está claro que juegan con diferencia de fuerzas. Da igual que haya conseguido a la Luna haciéndose pasar por el propio Príncipe de Babilonia (¿Se puede pensar aquí que también Dios consiguió a María haciéndose pasar por paloma?).

Da igual que la Luna haya visto al Príncipe y a la imagen de éste a la vez y haya decidido quedarse con los dos

aunque para dos esposos
el cielo me dio dos manos

Decisión que el Príncipe achaca al carácter voluble de la mujer y a la facilidad con la que ésta puede perder su honor, por lo que no duda en hacerse valer:

Quien ofende
con infamia su honor, muera
entre mis brazos

Da igual que sea el propio Titán quien salve a la Luna de morir a manos del Príncipe, confesando a éste lo que hizo y siendo rechazado por ello por su amada.

Yo tu figura tomé
para que veas que puedo
en varias formas dar miedo

Da igual que lleguen persas, alemanes, romanos, etíopes, franceses, españoles, indios, exicios… todo el mundo, para adorarlo. Ha perdido el amor de Luna, no le interesa nada por lo que decide emplear la fuerza y matar al causante de su dolor. Pero no es creíble, porque el humor, aunque sea negro, aparece en la decisión: ante la queja del Príncipe alegando que no puede matarlo pues fue el primero en adorarlo, Titán, desesperado, contesta que le hará un favor

que vida eterna solicito darte
quitándote la vida.

Da igual que Titán entable una batalla dialéctica con Elías, antitética de si Cristo es Hombre o Dios, al final ganará Elías pues, al terminar las razones «Saca una cruz» y se la pone delante como si fuese un endemoniado. De esta forma va perdiendo fuerza ante todos, incluso Elías consigue resucitar por un momento al príncipe para que confirme

Divino y Santo Profeta
tú predicas la verdad
              (Vase)

Si a esto añadimos la muerte y resurrección de Elías y Enoc antes comentada, nos damos cuenta de que ningún ser es capaz de sustituir a Dios, de que la religión católica es buena con quien lo adora y perversa para quienes no creen en él.

ÁNGEL.- ¡Fiero monstruo de la tierra,
              el plazo ha llegado! El cielo
              al abismo te condena.
TITÁN.- Hoy me da sepulcro el centro.
              (Húndese: haya gran ruido)

Es cierto que esta alegoría no es de lo mejor de Lope, pero desde el siglo XXI es, al menos, inquietante.

3 comentarios:

  1. ¡Me encanta! ¡Entretenido y didáctico!. No conocía esta obra.

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  2. Ha estado "oculta" hasta no hace mucho, incluso aun no se deciden a confirmar que es de Lope, pero eso es lo de menos, creo. Te recomiendo ediciones Antígona, en teatro tienen "casi" todo lo que pidas.
    ¡Seguimos leyendo!

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