En él nuestro rincón del homenaje no irá dedicado a una gran escritora como en ocasiones anteriores sino a una persona muy especial que nos dejó recientemente.
Érase una vez una niña buena
Se hizo mayor. Llegó a bisabuela
Conforme crecía su dulzura aumentaba
A los 93 años, con Darío y Carlota,
a veces jugaba
No era escritora
Ni buena lectora quizás
Pero impulsó a sus hijas a estudiar
Cualquier logro de ellas era para ella especial
He asimilado tu respeto hacia los demás
Tu entrega a todos en continuo bienestar
Intento seguir tu ejemplo cuando,
no importaba en qué momento,
siempre estabas a mi lado.
Creyendo en mí.
Gracias.
Ni un solo día ha pasado
que me hayas mostrado enfado.
Gracias.
Por haberme preparado para
aceptar cualquier tropiezo.
Gracias.
Por dejar mi corazón lleno de
felicidad, tanta que,
por momentos,
alivia mi pena.
Siempre orgullosa de su familia, siempre dispuesta a regalar, feliz de ser útil. Gracias también a ti
ResponderEliminarAlgo de ella queda en su nieta. Un beso
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