miércoles, 16 de octubre de 2019

SIETE OTRAS VIDAS



Siete otras vidas es un homenaje al teatro. ÁlvaroTato nos lo hace llegar desde diferentes modalidades, que este arte universal ha venido ejerciendo a lo largo de la historia. Con Ojos de agua nos adentramos en la Comedia Humanística de La Celestina; la alcahueta recuerda, orgullosa, a otras mujeres anteriores o posteriores a ella, personajes o autoras que vivieron en libertad, aunque lamente la soledad que han debido pagar por ello, “Solo las brujas hacemos nuestras leyes y nos pertenecemos a nosotras mismas. Nos persiguen, nos fuerzan, nos queman, pero nuestra magia siempre es más fuerte. Nuestra magia es pensar”. El género chico está representado en Zarzuela en danza, y la presencia de la mujer en el teatro del Siglo de Oro queda recogida en Nacida sombra, una sentida celebración para la mujer que durante tanto tiempo ha quedado oculta, por ello nada mejor que el lamento profundo del flamenco para acompañarla en su soledad.

El intérprete es casi un monólogo, o una obra de microteatro en la que un actor se apoya en los sonidos, música e imágenes que guarda desde niño, y cuenta cómo fue actor desde pequeño, cómo toda su vida ha girado en torno a un escenario, en torno al deseo de interpretar porque subir a un escenario es poder soñar una realidad distinta y vivirla, y ser feliz. En realidad todos interpretamos a lo largo de nuestra existencia; el actor es el afortunado que, pese a las oposiciones encontradas, hace lo que le satisface:

Seguiré haciendo lo mismo y os seguiré invitando a hacer lo que más queremos, lo que más nos avergüenza, lo que más deseamos y tememos. Guardadme el secreto amigos invisibles. Hasta mañana.

Mujeres y Asesinos son dos obras de microteatro protagonizadas por dos actores cada una. En la primera, un padre y su hijo se encargan de hacernos ver el sinsentido de un mundo sin mujeres. En tono humorístico, jugando con el lenguaje, se posicionan contra la violencia de sexo y reivindican la igualdad entre todos. Asesinos es un canto al teatro; los personajes pueden representar cualquier situación en total libertad, sin estar condicionados por reglas o sentimientos. El teatro es una fuente de sueños que se activan con cada representación para los espectadores

Timmy.- Hemos muerto en su imaginación
Ralph.-  Ellos son los verdaderos asesinos
Timmy.- ¿Y qué hacemos? ¿Matarlos?
[…]
Ralph.-  Así que vamos a esperar
Timmy.- ¿A qué?
Ralph.-  A los aplausos

Comedia multimedia nos recuerda con humor cibernético que vivimos una farsa. La tecnología pone a nuestro alcance tantas posibilidades y comodidades que nos estamos acostumbrando a no hablar con los demás, a dirigirnos a la máquina y esperar a que, eficientemente, cumpla nuestros deseos «¿Lo ves, querido cliente? No solo usamos la red para hacer la guerra; también para hacer el guarro.»

Nos estamos deshumanizando, sin el móvil no somos nadie, nos comunicamos más a través de él que personalmente; el problema es que constantemente aparece un modelo nuevo que nos atrae más que el anterior, porque ofrece más posibilidades. El resultado es una falta de apego total a nuestras pertenencias, porque esas posesiones no nos definen como personas, sino que nos masifican en un conjunto homogéneo cuya característica principal es igualar los sueños. Todos queremos lo mismo, lo que nos bombardea desde internet.

Hoy sigue habiendo delincuentes, activistas, revolucionarios, piratas. Seguimos queriendo distraernos, ir a la moda, comprar las últimas novedades, pero sin movernos de nuestro espacio, sin razonar, o luchar cara a cara. La sociedad se convierte en un ambiente cómodo que supera nuestras expectativas. Pero ni siquiera los deseos son sueños, porque se cumplen pronto y dejan de serlo.

Cero.-    ¿Ya no me quieres?
Uno.-     Afirmativo. Pero hemos caído en una rutina
Cero.-    Después de tres minutos juntos es normal que ya nada nos sorprenda

Comedia multimedia tiene una ventaja. Es una obra moderna, sus personajes principales son hologramas que van exponiendo diferentes situaciones de la vida actual hiperbolizada, es decir reflejan un futuro no tan lejano en el que la máquina sustituye al hombre. La paradoja es que nos advierten de este futuro con algo que está sucediendo en el presente. Vivimos sumergidos en los equipos informáticos:

Dama que tu vida programa;
si te enreda en su trama
ya no te escaparás

Sin embargo hay una esperanza, que viene de la propia estructura del espectáculo. Dividida en XI escenas, comienza por una Introducción en la que los hologramas Bit, Clic y Link nos presentan a Miss Web como la tejedora que mueve los hilos de nuestra sociedad. Después continúan haciendo un recorrido por las distintas ventajas que obtenemos de la Web: el GPS, del que no sabemos desprendernos para encontrarnos seguros en nuestros movimientos, las realidades virtuales que sentimos como materiales gracias al láser, y que poco a poco han conseguido que nos conformemos con una Creación salida de un laboratorio. Pero el espectador también experimentará a dónde nos lleva este tipo de vida. Para evitar el desastre apocalíptico, en la escena final, los hologramas muestran el último producto virtual, capaz de producir en el usuario el mayor efecto, una máscara teatral. Lo único efectivo que ha logrado enganchar al público a lo largo de la Historia «Llevas una hora viviendo dentro de nuestro producto. No estás mirando el móvil. No estás navegando en la red. Esto está pasando de verdad […] ¿Estás preparado para viajar al origen?» y así, con la interacción del público consiguen hacernos ver que podemos pasar un rato en un sueño que nos atrapará momentáneamente, porque al final, tal como aconsejaba Machado, «tú quizá despertarás en libertad».

Esta estructura en la que un personaje nos va mostrando diferentes casos ya se desarrolló en la literatura a través de los exempla medievales, donde los protagonistas, estereotipos, son esbozados a partir de unos rasgos generales para ofrecer determinados comportamientos al lector u oyente. Formaban parte de la prosa doctrinal. Álvaro Tato no propone un final moralizador sino obvio, el teatro es el primer mecanismo nacido con el hombre porque tenía —tenemos— necesidad de soñar, consiguiendo un público incondicional dispuesto a participar de los sueños.

Así pues, ante tanta deshumanización tecnológica, sólo nos queda una salida, regresar al teatro de los comienzos, alrededor del cual se formó una de las mayores civilizaciones, capaz de conseguir el progreso del hombre.

Tecné.-  El público es mi padre. Tú me diste a luz. Ni tu diosa ni tu esclava; humana soy, a humanos amo y ser para siempre humana es mi destino. Ya amanece. ¡Despierta, pueblo de Atenas!

El elogio del teatro como arte completa, universal y connatural al hombre quedó expuesto en la comedia Crimen y telón; con estructura similar, Ron Lalá (hablar de Ron Lalá es hacerlo de Álvaro Tato) eligió al propio Teatro para llevarnos por toda esa vida de sueños que nos ha dado este arte que engloba a las demás y que, aunque los gobiernos se empeñen en menospreciarlo, aunque la tecnología tiente con otras posibilidades, no puede desaparecer mientras exista el ser humano.

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