miércoles, 22 de febrero de 2023

ENCARGO

Berta Marsé es una autora de relatos, no he leído ninguno pero sé que ha obtenido el reconocimiento del público y de la prensa por ellos. Creo que Encargo es su primera novela y, ante todo, he de decir que la narrativa es impecable.

La historia comienza in medias res cuando la protagonista debe afrontar un ejercicio programado en un taller de escritura creativa. Se anima a escribir la escena y lo hace con interés, sin embargo lo que escribe no es ficción sino todo lo que ocurrió «Aquel día (9 de junio de 2013)», cuando tras cinco años desaparecida regresó la que todos consideraban su mejor amiga. Su única amiga. La protagonista, Desi, cuenta su vida durante el tiempo que Yesi no estaba.

No se puede decir que sintiera su ausencia ni que se alegrase por ello; sí pudo respirar con tranquilidad porque por fin su madre dejó de ponérsela como ejemplo. Desi nunca pudo ser Yesi, ni parecerse a ella físicamente ni realizar con éxito todas las actividades (múltiples y variadas) que emprendía. Desi era una niña normal que no destacaba ni en casa ni en el colegio. Siempre rodeada de mujeres fuertes, emprendedoras, su madre, la madre de Yesi, su abuela… Solo ella era diferente. 

Cuando leemos la situación podemos entender la angustia de Desi, una niña adoptada que se sabía el centro de todas las comparaciones, lo que la llevó a un aislamiento total con el que disfrutaba de cierta paz, «…con tal de no estar más tiempo en línea, expuesta al escrutinio del grupo. Volví a silenciar el móvil y me atrincheré en mi habitación».

Sin embargo, hay algo en la narración que me hace sospechar cierta relación entre ellas, aunque Yesi no se pronuncie y Desi intuya hostilidad en todo momento: «Nunca fuimos uña y carne. Puede que uña y astilla». Puede que sea la actitud final que mantienen, una postura en la que ambas saben qué quiere la otra e interactúan para conseguirlo. Puede que esté equivocada y la única relación existente estuviera presidida por la rivalidad o la envidia. Puede ser, pero la explosión desordenada de los recuerdos infantiles, el regreso de Yesi tras cinco años desaparecida, el presente de Desi, que no influye en la trama de la novela, a lo mejor me han llevado a cierta confusión de sentimientos.

No entiendo cómo las madres las veían como amigas. Hay muchas clases de amigos, incluso los falsos, y cumplen un papel determinante tanto en la realidad como en la literatura, donde suele funcionar bastante bien la asimetría. En ocasiones las vidas transcurren de forma independiente pero los amigos se aferran a puntos en común para poder crear anécdotas con las que reafirmarse como personas. En el caso de Yesi y Desi la asimetría no lo es tanto, de hecho nacieron el mismo día, estudian juntas y sus madres son amigas. Sus vidas avanzan por el mismo camino pero ninguna se apoya en la otra ni muestra interés por lo que le sucede a su vecina. Yo diría que su relación está marcada por la indiferencia. El problema de Desi es que su madre la obliga constantemente a recordar a Yesi, por lo tanto la fuerza a tener presente su fracaso «Ya sé que ese virus maldito te ha hecho perder la convocatoria, tu madre me lo comentó el otro día, pero yo que tú no me preocuparía demasiado. Conociéndola, estate segura de que te conseguirá ese aplazamiento».

Desi es un ser solitario, acomplejado, dolorido por el constante reflejo en que la han obligado a mirarse desde pequeña; por eso su única salida es el aislamiento. Ante el trastorno de bulimia al que, desde niña, se ve abocada por la situación, no pide ayuda, pero es que su madre no se ha percatado, a pesar de dar muestras evidentes en casa; la madre de su supuesta amiga tampoco. El problema de Yesi es otro y, por afán de figurar, los adultos responsables de ella lo fomentan.

Algo me falta en la relación entre Desi y Yesi para conocerlas; algo que no tiene que ver con ellas sino con sus padres y con quienes las rodean «Bajo el foco de la prensa sensacionalista, el barrio no tardó en sucumbir al amarillismo».

Las dos chicas se evaden de la sociedad como pueden aunque no quede del todo claro en la novela. El vínculo al que se ven abocadas es falso y doloroso. No hay complicidad entre ellas en ningún momento. Tampoco entre sus padres a pesar de pretender saberlo todo sobre los otros. ¿Por quién se alegra la madre de Desi cuando Yesi aparece? «¿Te lo puedes creer? ¡Es un milagro!».

La trama de Encargo transcurre en la cárcel y la historia es contada por Desi. Conforme vamos leyendo tenemos la certeza de que ninguna había supuesto una red de seguridad para la otra pero tampoco una amenaza real porque ambas han soportado una dolorosa presión desde el principio de sus vidas que las ha llevado a fracasar como personas. Pero me ha faltado algo con qué poder conectarlas. No he empatizado con la pareja literaria Yesi-Desi. Da la impresión de que cada una ha tenido su espacio en la novela y cuando se juntan es para poner punto final a cualquier habladuría sobre su supuesta amistad. Para poner fin a su actuación en la sociedad.

Berta Marsé intenta alertar sobre lo que demasiado alegremente se llama amistad en una realidad en la que priman modelos impuestos, sobre el dolor de quienes se alejan de esos modelos, sobre el sufrimiento de los que obligatoriamente han de ser espejos de triunfo para los demás, sobre el resentimiento de aquellos que se sienten fracasados. Son personas tristes cuya desesperación puede llevarles a cometer actos contraproducentes sobre todo para ellos mismos.

Encargo es una novela de mujeres, Desi, Yesi, las madres, la abuela, la profesora del taller de escritura, las encarceladas… pero no conectamos con ellas, no hay sentimiento de grupo, de complicidad, de empatía, de odio visceral; no son decisivas para el desarrollo de la trama. Desi podía haber seguido en su casa, en vez de estar en la cárcel y el final habría sido el mismo. No hay tensión en ningún lugar.

Creo que Berta Marsé escribe bien pero a esta novela le faltan algunas páginas para descubrir por nosotros mismos cómo fue la desaparición de Yesi y cómo será el futuro de Desi.


Su perfil sociológico corresponde al de una minoría dentro de una minoría dentro de otra minoría, y así hasta el final del informe de la Junta de Tratamiento […] Que Desi siempre ha apuntado maneras. Que ante las situaciones de alto riesgo […]: no darse a conocer.

Si yo hubiese estado comparada constantemente tampoco lo haría.

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