sábado, 8 de febrero de 2025

EL GATO QUE CUIDABA LAS BIBLIOTECAS

No he leído mucha literatura japonesa, pero los libros, que de una forma u otra han llegado a mí, no me han decepcionado. En este caso creo que le falta algo para ser una fábula redonda, puede que sea demasiado largo para este tipo de relatos. Es cierto que, para mí, que llevaba unas expectativas muy altas, ha supuesto una pequeña decepción, sobre todo por Tora, el gato protagonista de El gato que cuidaba las bibliotecas, que en realidad no tiene características de gato ni se mueve como tal. Tampoco es el personaje principal de la acción; le cede el estrellato a Nanami.

Así que aunque Tora habla y razona como una persona y es quien sabe el verdadero problema de la historia, no es el héroe.

Por el contrario, Nanami es una adolescente que, a causa de su asma y de vivir solo con su padre, está excesivamente limitada en sus movimientos. El padre de Nanami trabaja casi todo el día para que ella pueda estudiar en una prestigiosa universidad y se labre un buen futuro en la sociedad.

El autor, Sosuke Natsukawa, no profundiza demasiado en este aspecto, pero intuimos que la sociedad japonesa es más despiadada que la nuestra con todos los que no tienen un título universitario. Sin embargo, esta acción tiene su consecuencia y es que Nanami pasa mucho tiempo sola desde que murió su madre, a pesar de Itsuka, su mejor amiga que, prácticamente no es relevante para la historia. Sabemos que se quieren y se tienen confianza, pero no por lo que hacen entre ellas sino porque lo dice el narrador omnisciente. La soledad de Nanami, rodeada de historias, hará que su imaginación se desborde y le despierte las ganas de empezar a explorar nuevos espacios reales. Nanami pone remedio a sus limitaciones pero, en general, echo en falta algo de profundidad en los personajes y los mensajes que transmiten.

La prosa de Natsukawa nos envuelve en un ambiente nostálgico en donde recordamos obras de todos los tiempos, clásicos de aventuras que llaman a imitar las acciones heroicas de los protagonistas de El viejo y el mar, Huckleberry Finn o la saga de Arsenio Lupin. Protagonistas masculinos que han sido capaces de vencer dificultades y conseguir sus deseos.

Por el contrario, Nanami es una chica y no ha de demostrar fuerza física o atrevimiento con ninguna actividad peligrosa. Ella se da cuenta de que los libros desaparecen de la biblioteca. Un día se le aparece Tora, un gato que le dice lo que debe hacer para recuperarlos «—…es la honestidad lo que va a permitirte recuperar los libros y salir ilesa de este laberinto por el que vamos internándonos […] no dejarte tentar por la mentira».

A partir de ahí, un pasillo luminoso los lleva a un mundo imaginario poblado por «los “hombres grises”. Todos los demás son iguales». El viaje de Nanami es una metáfora de su imaginación, donde se dará cuenta del problema que surgiría en el mundo real si los hombres se vieran privados de esta facultad.

Nanami deberá ir a un castillo imaginario y pasar por las salas del general, del canciller y del rey, en distintas aventuras, para salvar los libros robados.

¿Qué haríamos ante un desastre como este? En El gato que cuidaba las bibliotecas encontramos la respuesta: Un mundo sin literatura sería un mundo triste, gris, porque la realidad es cruel, el paso del tiempo no perdona, todo lo va destruyendo, solo quedan las enseñanzas de los libros, de aquellos que han pasado por situaciones similares o peores, las enseñanzas de nuestros héroes que nos permiten mejorar en cada momento y comprender a los demás «Antes de atravesar la puerta, medio derruida, se detuvo y se volvió para echar un vistazo a sus espaldas, a los libros que habían iluminado su camino».

La lectura es beneficiosa porque nos acerca otras formas de vida, otros colores diferentes a los nuestros, a los que no hay que temer. El hombre tiene una característica común: es egoísta y ambicioso, por eso trabaja para conseguir lo que quiere pero, nunca es bastante y el deseo puede provocar que perjudique a los demás si eso le facilita sus pretensiones. La sociedad se va deteriorando. La lectura es importante, nos hace reflexionar sobre la felicidad y la alegría y dónde encontrarlas.


El rey parecía disfrutar del espectáculo […]

—Al tiempo que yo gano fuerza, el mundo se hace más próspero […] solo en apariencia, porque yo venceré y reinaré. Contemplad el pasaje desolado […] Ese es el mundo en el que la fuerza de los libros se extingue.

El egoísmo de las personas va desapareciendo con la lectura y la cultura que nos aporta.

La falta de lectura solo trae embrutecimiento.

Las personas que aspiran exclusivamente al poder «son manifestaciones particulares de un amplio problema de la naturaleza humana. Para ellos tú representas a quien no encaja en sus esquemas».

Tora se convierte en la voz del autor para advertir de las dificultades a las que se enfrentan los poderosos que quieren manipular a la sociedad. El inconveniente son las personas que leen y están acostumbradas a razonar, que no creen cualquier mentira que se les diga para embaucarlas.

No cabe duda de que El gato que cuidaba las bibliotecas es una lectura totalmente actual que retrata, lamentablemente, algo que ha ocurrido siempre a lo largo de los siglos ¿Cuándo nos daremos cuenta de que la solución está en las humanidades? La ciencia nos hace evolucionar, ser lo que somos y la literatura nos hace entender por qué somos así; la literatura es la causa de lo que somos. Creo que Natsukawa nos lo transmite con este cuento fabulado.

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