No
he leído mucha literatura japonesa, pero los libros, que de una forma u otra
han llegado a mí, no me han decepcionado. En este caso creo que le falta algo
para ser una fábula redonda, puede que sea demasiado largo para este tipo de
relatos. Es cierto que, para mí, que llevaba unas expectativas muy altas, ha
supuesto una pequeña decepción, sobre todo por Tora, el gato protagonista de El gato que cuidaba las bibliotecas, que en realidad no tiene
características de gato ni se mueve como tal. Tampoco es el personaje principal
de la acción; le cede el estrellato a Nanami.
Así
que aunque Tora habla y razona como una persona y es quien sabe el verdadero
problema de la historia, no es el héroe.
Por
el contrario, Nanami es una adolescente que, a causa de su asma y de vivir solo
con su padre, está excesivamente limitada en sus movimientos. El padre de Nanami
trabaja casi todo el día para que ella pueda estudiar en una prestigiosa
universidad y se labre un buen futuro en la sociedad.
El
autor, Sosuke Natsukawa, no
profundiza demasiado en este aspecto, pero intuimos que la sociedad japonesa es
más despiadada que la nuestra con todos los que no tienen un título
universitario. Sin embargo, esta acción tiene su consecuencia y es que Nanami
pasa mucho tiempo sola desde que murió su madre, a pesar de Itsuka, su mejor
amiga que, prácticamente no es relevante para la historia. Sabemos que se
quieren y se tienen confianza, pero no por lo que hacen entre ellas sino porque
lo dice el narrador omnisciente. La soledad de Nanami, rodeada de historias,
hará que su imaginación se desborde y le despierte las ganas de empezar a
explorar nuevos espacios reales. Nanami pone remedio a sus limitaciones pero,
en general, echo en falta algo de profundidad en los personajes y los mensajes
que transmiten.
La
prosa de Natsukawa nos envuelve en un ambiente nostálgico en donde recordamos
obras de todos los tiempos, clásicos de aventuras que llaman a imitar las
acciones heroicas de los protagonistas de El
viejo y el mar, Huckleberry Finn o la saga de Arsenio Lupin. Protagonistas masculinos que han sido capaces de
vencer dificultades y conseguir sus deseos.
Por
el contrario, Nanami es una chica y no ha de demostrar fuerza física o
atrevimiento con ninguna actividad peligrosa. Ella se da cuenta de que los
libros desaparecen de la biblioteca. Un día se le aparece Tora, un gato que le
dice lo que debe hacer para recuperarlos «—…es
la honestidad lo que va a permitirte recuperar los libros y salir ilesa de este
laberinto por el que vamos internándonos […] no dejarte tentar por la mentira».
A
partir de ahí, un pasillo luminoso los lleva a un mundo imaginario poblado por «los “hombres grises”. Todos los demás son
iguales». El viaje de Nanami es una metáfora de su imaginación, donde se
dará cuenta del problema que surgiría en el mundo real si los hombres se vieran
privados de esta facultad.
Nanami
deberá ir a un castillo imaginario y pasar por las salas del general, del
canciller y del rey, en distintas aventuras, para salvar los libros robados.
¿Qué
haríamos ante un desastre como este? En El
gato que cuidaba las bibliotecas encontramos la respuesta: Un mundo sin
literatura sería un mundo triste, gris, porque la realidad es cruel, el paso
del tiempo no perdona, todo lo va destruyendo, solo quedan las enseñanzas de
los libros, de aquellos que han pasado por situaciones similares o peores, las
enseñanzas de nuestros héroes que nos permiten mejorar en cada momento y
comprender a los demás «Antes de
atravesar la puerta, medio derruida, se detuvo y se volvió para echar un
vistazo a sus espaldas, a los libros que habían iluminado su camino».
La
lectura es beneficiosa porque nos acerca otras formas de vida, otros colores
diferentes a los nuestros, a los que no hay que temer. El hombre tiene una
característica común: es egoísta y ambicioso, por eso trabaja para conseguir lo
que quiere pero, nunca es bastante y el deseo puede provocar que perjudique a
los demás si eso le facilita sus pretensiones. La sociedad se va deteriorando.
La lectura es importante, nos hace reflexionar sobre la felicidad y la alegría y
dónde encontrarlas.
El rey parecía disfrutar del espectáculo […]
—Al tiempo que yo gano fuerza, el mundo se hace más próspero […] solo en apariencia, porque yo venceré y reinaré. Contemplad el pasaje desolado […] Ese es el mundo en el que la fuerza de los libros se extingue.
El
egoísmo de las personas va desapareciendo con la lectura y la cultura que nos
aporta.
La
falta de lectura solo trae embrutecimiento.
Las
personas que aspiran exclusivamente al poder «son manifestaciones particulares de un amplio problema de la
naturaleza humana. Para ellos tú representas a quien no encaja en sus esquemas».
Tora
se convierte en la voz del autor para advertir de las dificultades a las que se
enfrentan los poderosos que quieren manipular a la sociedad. El inconveniente
son las personas que leen y están acostumbradas a razonar, que no creen
cualquier mentira que se les diga para embaucarlas.
No cabe duda de que El gato que cuidaba las bibliotecas es una lectura totalmente actual que retrata, lamentablemente, algo que ha ocurrido siempre a lo largo de los siglos ¿Cuándo nos daremos cuenta de que la solución está en las humanidades? La ciencia nos hace evolucionar, ser lo que somos y la literatura nos hace entender por qué somos así; la literatura es la causa de lo que somos. Creo que Natsukawa nos lo transmite con este cuento fabulado.
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