Hablar
de La Celestina es hablar de vida. En una época
llena de represión social, de miseria para el pueblo, de decaimiento en la
nobleza, de omisión de la mujer, aparecen unos personajes, de la clase más
baja, reivindicando un salario por su trabajo, requiriendo igualdad de trato,
demandando dignidad, pidiendo honra según los méritos de cada uno. Disfrutamos
leyendo La Celestina porque
observamos en la protagonista una mujer inteligente de la más baja escala
social a la que todos, por diversos intereses, solicitan, en Melibea, aun hoy,
rasgos de una mujer fuerte, en Pleberio, señales de un padre moderno, en el
autor, demostración constante de sabiduría; si bien esto puede ser un
inconveniente a la hora de oír a los sirvientes, pues a veces usan refranes, y
otras se basan en citas de autoridad, también es cierto que es un lujo observar
comparaciones de diferentes situaciones cotidianas o de diversos sentimientos,
con pasajes mitológicos o de la literatura clásica.
Es fabuloso leer La Celestina y darnos cuenta de la
influencia que el mito de Ulises ejerció en Rojas (porque confirmamos la convicción de que la literatura es algo vivo y tan
importante para el ser humano como los alimentos). Y, por supuesto, es
fantástico leer a Shakespeare y observar rasgos de Celestina en la nodriza de
Julieta.
Pero
estamos en las postrimerías de la Edad Media, no debemos olvidar que El
Renacimiento es incipiente, la Inquisición acerca posibles caídas, la exclusión
social puede ser habitual para los discrepantes, y el racismo y la conciencia
de clase están presentes en la sociedad. El autor lo sabe, puede que por eso se
ocultara en los acrósticos iniciales (o no,
pues fue una ocultación manifiesta) o puede que finalmente se sintiera temeroso
de las consecuencias, el caso es que con la muerte de todos aquellos que
incumplieron las normas, terrenales o divinas, la modernidad de la obra queda
en un segundo plano, tras la intención moralizadora. Pero, mientras tanto, ahí
queda, e imaginamos que hizo pensar, pues, desde muy pronto los ataques de los
moralistas fueron constantes. Incluso el humanista Juan
Luis Vives desaconsejó su lectura en 1524. En 1632 se incluyó en el Índice de libros prohibidos y se censuraron algunas
escenas, hasta que en 1792 se prohibió por completo.
Por
todo esto, y pese a la intención moralizadora, es una obra moderna. De hecho
hoy se lee como una novela, las descripciones son tan detalladas que en ningún
momento perdemos el hilo argumental; hoy se ha llevado al cine, Penélope Cruz y
Juan Diego Botto estuvieron bien como Calisto y Melibea, pero Terele Pávez
bordó el papel de Celestina. Y hoy se ha llevado al teatro; Gemma Cuervo ha
sido una de las últimas en interpretar la adaptación de Mariano de Paco.
Y
sin embargo, o precisamente por ello, tuvo problemas para su clasificación en
1492, no sabían si incluirla en los géneros Narrativos pues es todo dialogado,
no hay narrador, o en los Dramáticos, por la cantidad de espacios y tiempos
diferentes, por la gran extensión, por la falta de acotaciones… Obra polémica,
pues, desde que vio la luz, y obra universal desde entonces porque sus temas
son universales: sexo y corrupción.
No
voy a desvelar el argumento, al menos por ahora, pero quiero comentar del
estilo algo que considero la eleva a obra de arte: el vocabulario empleado. Los
conceptos se repiten hasta la saciedad mediante sinónimos en monólogos
minuciosos que ralentizan el ritmo y acrecientan la curiosidad; hay más de dos
páginas para relatar los diferentes oficios de Celestina,
PÁRMENO.-
…Tenía una cámara llena de alambiques, de redomillas, de barrilejos, de vidrio,
de alambre, de estaño, hechos de mil facciones. Hacía solimán, afeite, cocido,
argentadas, bujelladas, cerillas, lanillas…
destacan
las largas enumeraciones para definir el amor con oxímorons,
CELESTINA.-
…una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable
dolencia, un alegre tormento…
los
encadenamientos causales que atestiguan el paso del tiempo;
CELESTINA.-
…Pero bien sé que subí para descender, florecí para secarme, gocé para
entristecerme, nací para vivir, viví para crecer, crecí para envejecer,
envejecí para morirme…
las
comparaciones vulgares conviven en un mismo personaje con las más alambicadas
del amor cortés o las cotidianas del refranero;
CALISTO.-
…Melibea es mi señora, Melibea es mi Dios, Melibea es mi vida; yo su cautivo,
yo su siervo…
…No se dice en balde que mal ajeno de
pelo cuelga.
…Señora, el que quiere comer el ave
quita primero las plumas.
destaca
el abanico de palabras cultas, cultismos, arcaísmos, vulgarismos, términos de
literatura, de medicina, de religión, de leyes, de filosofía, de sexo, de
acciones cotidianas… Todo tiene cabida en La
Celestina, unas veces el léxico sirve para denunciar situaciones con
crudeza, otras con humor y otras, las más, con ironía.
Al
leer La Celestina de nuevo, he
recordado refranes que apenas se manejan, otros se siguen empleando. Sería
conveniente investigar sobre ellos y observar si el sentido es el mismo que
hace 500 años, porque es curioso pensar en lo que han cambiado los medios de
comunicación durante 5 siglos y, sin embargo, la base de esa situación
comunicativa apenas ha evolucionado.
Podríamos
entablar un debate aquí sobre este tema.
Otro
podría referirse a los personajes. Los personajes de La Celestina están vivos, descritos con gran profundidad
psicológica muestran la dualidad del ser humano. De hecho, como en la comedia
antigua grecolatina, aparecen por parejas (excepto Celestina, protagonista
indiscutible y compleja y Lucrecia, símbolo de la represión, complementaria a
Celestina); el lector no termina de conocerlos hasta que han terminado su
intervención, porque van conformando el carácter según actúan ¿Tienen sus
nombres algo que ver en su personalidad?
Sería
fantástico abrir otro debate sobre esto.
ESQUEMA:
Obra polémica ] Engloba todas las características que la convierten en una obra
cumbre de la literatura universal. Podemos partir de cualquier elemento o de
cualquier punto de vista y sólo tendremos originalidad:
· Época ] Finales del siglo XV por lo que tiene
trazos medievales aunque parezca una obra revolucionaria Renacentista (De hecho
se prohibió a finales del XVIII).
· Autor ] Parece que el primer acto fue obra de
un humanista (Juan de Mena o Rodrigo de Cota). El bachiller Fernando de Rojas
lo encontró (sin firmar) y terminó la obra. Lo realmente importante es ¿por qué
no aparece firmada directamente?
· Título ] Empezó siendo Comedia de Calisto y
Melibea, después pasó a llamarse Tragicomedia de Calisto y Melibea, hasta que
se quedó con La Celestina, nombre de la alcahueta (en vez del de los nobles
como era usual).
· Género ] No puede ser teatro porque es excesivamente
larga, tiene numerosos espacios y saltos temporales. Y no puede ser novela
porque está dividida en Actos, no capítulos, es completamente dialogada sin
narrador y con escasa acción. Es una comedia humanística (escrita para ser
leída).
· Temas ] Amor – Lujuria – Muerte – Codicia.
· Personajes
] El nombre alude a su condición. Tienen profundidad
psicológica. Aparecen por parejas, para complementar el carácter, excepto
Celestina y Lucrecia (criada de Melibea) que no tienen correspondencia porque
su oposición es vertebral en la historia. Celestina es la causante de la
tragedia, pues desencadena el desenfreno, la lujuria; Lucrecia es totalmente
reprimida.
o Calisto:
“de
gran belleza”. Sin
embargo no es eso lo que atrae a Melibea, sino la mediación de Celestina.
Asimismo no es el prototipo de amante, no quiere casarse con Melibea, sólo
gozar de su cuerpo.
o Melibea:
“de
la voz melosa, dulce” “de apariencia frágil”. Pero es
la que toma las decisiones; es enérgica y racional.
o Celestina: “celeste”.
Pero no es celeste ni pura sino todo lo contrario: alcahueta, avariciosa. El
nombre tiene que ver más con la condición de astróloga y hechicera, alguien que
tiene en sus manos el destino de los demás.
o Sempronio:
“eterno”. Sin embargo morirá pronto en la
obra. Es el criado de Calisto.
o Elicia:
“verdadera”. Pero es infiel a Sempronio. Es una
prostituta de Celestina.
o Tristán:
“consuelo”. Sin embargo no lo será para Calisto
pues éste muere al poco de tenerlo como nuevo criado.
o Pleberio:
“plebeyo”. Mas es un noble, padre de Melibea.
o Alisa:
“bondadosa”. No es la típica cualidad de la
nobleza, es madre de Melibea.
Todos
los personajes atentan contra la moral, son innovadores, sin embargo todos
morirán (¿cómo castigo? ¿tiene la obra una finalidad educativa?)